Señor Director:
La violencia intrafamiliar es un asunto de todos. El lugar común, replicado por mucho político, de achacar a las autoridades policiales la responsabilidad de episodios de violencia contra la mujer es negarse a afrontar una realidad que nos atañe a todos. Familias permisivas con la violencia y parejas incapaces de resolver sus controversias.
Y en medio de toda esta locura, los niños. ¿Con qué país soñamos si nuestros hijos tienen de ejemplo en sus casas la violencia? ¿Si ven a sus papás insultarse y agredirse? ¿Aprenderán que así es como se resuelven las diferencias? Y lo más grave: muchas veces justificamos la violencia con engañosas y endebles razones culturales: es que así los criaron, es que son pobres, es que no tienen estudios.
La verdadera paz la formamos en nuestras casas porque hasta que no saquemos la violencia y el machismo de nuestros hogares, poco y nada, como sociedad, podremos lograr.
Javier Figueroa Olivares