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Un tercio de los trabajadores de Ñuble son informales

Según el INE, uno de cada tres ocupados en la región de Ñuble son informales, es decir, 78 mil 876 personas. En el trimestre móvil diciembre-febrero, la tasa de ocupación informal llegó a 35,7%, lo que representó un alza de 1,1 puntos respecto a 12 meses. Se trata de la segunda tasa más alta del país, después de Los Ríos (36,0%) y se ubica muy por encima del promedio nacional de 27,3%.

En el caso de las mujeres, la tasa de ocupación informal en Ñuble llegó a 38,4%, mientras que en los hombres fue 33,9%.

Una de esas mujeres es Alejandra Mora Fernández, quien trabaja por cuenta propia en su pequeño vivero Jardín Aristata, en Chillán, donde cultiva suculentas y cactos que comercializa en redes sociales y en ferias. Luego de trabajar como vendedora en una multitienda durante 15 años, hace siete años esta jefa de hogar tiene este emprendimiento informal que pudo iniciar con el apoyo de Fosis y que hoy con orgullo destaca que le ha permitido mantener su hogar y educar a sus dos hijos. “Es mi principal ingreso, yo he podido salir adelante con mi emprendimiento, me ha dado muchos frutos, he podido sacar adelante a mis hijos (de 25 y 19 años de edad), el mayor egresó hace muy poquito de Medicina y el menor entró a Química y Farmacia”.

“Yo tuve la intención de formalizarme como contribuyente de primera categoría, he asistido a charlas del municipio para que nos formalicemos, pero yo estuve averiguando y me di cuenta que si me formalizaba iba a perder las becas de mis hijos, la gratuidad, porque iba a cambiar mi puntaje en la ficha de protección social; creo que ese sistema nos perjudica; una vez que mi hijo menor termine la universidad voy a formalizarme”, argumentó Mora, quien además, es presidente de la agrupación de emprendedoras Artemix.

No obstante, agregó otro obstáculo importante: “el gran problema de formalizarse, además de perder algunos beneficios sociales, es que nos llenan de impuestos, y al final nuestros emprendimientos no podrían existir porque apenas ganaríamos”.

Tendencia al alza

Bernardo Vásquez, director del Observatorio Laboral del Sence de Ñuble y la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad del Bío-Bío, contextualizó que “las cifras del INE muestran que la tasa de ocupación informal ha tenido una tendencia decreciente desde el inicio de la pandemia (inicios de 2020), tanto a nivel nacional como regional, debido al confinamiento y las restricciones sanitarias que han afectado a muchos sectores económicos. Sin embargo, a partir del segundo semestre de 2020, se observa un repunte de la informalidad, asociado a la reactivación económica y la flexibilización de las medidas sanitarias y de confinamiento”.

Vásquez subrayó que “más de 78 mil personas trabajan sin acceso a la seguridad social en la región de Ñuble” y detalló que “dentro de este grupo de personas, se observan diferencias según el tramo de edad. Si bien la mayor cantidad de ocupados informales están en el rango de 45 a 59 años (25.294 personas ocupadas informales), la mayor tasa de ocupación informal se observa en las personas de 60 años o más con un 42,4% (lo que equivale a 14.152 personas). Además, el tramo de 15 a 29 años tiene una tasa de ocupación informal de 41,9%, lo que implica que 17.733 jóvenes están empleándose en una ocupación informal”.

En esa línea, Carlos Inostroza, analista cualitativo del Observatorio Laboral, acotó que en Ñuble hay 34.565 mujeres y 44.312 hombres con una ocupación informal. “Si bien el número de mujeres ocupadas ha aumentado desde el trimestre abril-junio de 2020, también lo ha hecho su tasa de ocupación informal, lo que indica que muchas de ellas han accedido a empleos que serían considerados de menor calidad y no contar con protección social. Por el contrario, la tasa de ocupación informal de los hombres ha disminuido en los últimos tres trimestres, lo que sugiere una mayor formalización de sus empleos”.

Inostroza precisó que “según los datos del INE, la tasa de ocupación informal (TOI) regional ha tenido un comportamiento distinto al del país en los últimos años. Mientras que la TOI nacional fue 27,3% en diciembre-febrero 2023, la TOI regional es un 35,7% en el mismo período. Una posible explicación a esta diferencia es el rol de la actividad agrícola local en la generación de empleo informal. La TOI regional está fuertemente influenciada por el sector agrícola, situación contraria ocurre en el país. De hecho, si se excluye el sector agrícola, la diferencia entre la TOI regional y la nacional es de 7,1 puntos porcentuales, y al incluir el sector agrícola la diferencia aumenta a 8,4 puntos. Esto indica que la informalidad en la región tiene una mayor sensibilidad a los cambios en el sector agrícola, que es más vulnerable a los shocks climáticos, los precios internacionales”.

Factores

Consultado sobre los factores del aumento de la informalidad en Ñuble, el analista sostuvo que “una de las causas es el desempleo, sin embargo, no es la única. También influyen otros factores, la falta de educación formal y capacitación, la escasa fiscalización y regulación, o los tiempos de formalización. Además, en 2021 la reactivación económica que se produjo en la región de Ñuble y el país tras el proceso de vacunación no garantiza una reducción de la informalidad laboral. Por el contrario, puede generar un aumento del empleo con menor protección social, esto producto de la importancia que ha presentado el empleo a cuenta propia”.

Al respecto, Bernardo Vásquez recordó que “las cifras señalan que la crisis sanitaria provocó una caída significativa de la ocupación informal, especialmente entre las mujeres, que se vieron obligadas a abandonar el mercado laboral pasando a la inactividad. Sin embargo, a partir de 2021 se observa una recuperación de la informalidad, debido a que muchas personas volvieron a buscar trabajo ante la necesidad de ingresos y el trabajo a cuenta propia tomó más relevancia”.

Carlos Delgado, académico de la Escuela de Administración y Negocios de la Universidad de Concepción, sentenció que “los elevados niveles de informalidad laboral son preocupantes, ya que afectan negativamente el bienestar de los trabajadores tanto en el corto como en el largo plazo. Como no están sujetos a un contrato de trabajo, no hay garantías de protección de su seguridad laboral, ni pueden acceder a subsidios laborales, ni a capacitación. Además, como no pagan cotizaciones previsionales, pierden beneficios asociados a seguro de salud, mejorar su futura pensión (por la generación de lagunas previsionales), y no pueden acceder a seguro de cesantía”.

En opinión del docente, “la tasa de ocupación informal podría estar vinculada a los niveles de pobreza. Ñuble es la segunda región con el más alto índice de pobreza en Chile. En muchos casos los empleos informales son de carácter esporádico, por lo que muchas personas en situación de pobreza podrían estar en esa situación que no les alcanza para satisfacer sus necesidades mínimas de subsistencia. Por otro lado, existe el temor de que estar sujeto a un empleo formal es sinónimo de pérdida de beneficios sociales. En otros casos, se da el hecho de que tanto el trabajador como el empleador informal consienten en no generar contrato de trabajo a fin de que el sueldo líquido sea más alto a través del no pago de cotizaciones previsionales, sin tomar en cuenta el efecto de la gratificación mensual. También se puede dar el caso de un emprendedor que prefiere contratar de manera informal, ofreciendo salarios por debajo del mínimo legal, debido a que percibe que reduce el riesgo operacional de su negocio”.

Impactos económicos

Por su parte, Renato Segura, director de la Dirección de Desarrollo Económico y Productivo (Didepro) de la Municipalidad de Chillán, advirtió que el problema de la informalidad está teniendo efectos serios en la economía, y citó como ejemplo la competencia desleal que representan los vendedores callejeros ilegales, al punto que están reduciendo las ventas del comercio formal en un escenario económico complejo. Precisamente, en los últimos 12 meses en el sector comercio se perdieron aproximadamente 2.700 puestos de trabajo netos de la mano de la caída en el consumo.

El profesional aseveró que “el sistema es perverso. No hay ninguna economía que se haya desarrollado a partir de la informalidad. La informalidad es el alimento del subdesarrollo, en la medida que los países tienen más informalidad, la calidad de vida de sus habitantes disminuye de manera considerable, porque se pierden todos los beneficios que significa estar en el mercado formal, la seguridad de un trabajo, de los ahorros previsionales. Piense usted que muchas de esas actividades ni siquiera se contabilizan en el PIB, entonces, lo que tenemos es una caída neta de producción y lo único que está sosteniendo la economía son las grandes actividades económicas, pero los más chicos están cayendo. Hay un efecto dañino, muy perverso, que la informalidad ha traído al comercio establecido y eso tiene que cambiar. El tema es que eso tiene un costo político”.

Medidas

En ese sentido, Segura planteó que “la informalidad es muy fácil, mientras que ser formal trae complicaciones. De alguna manera, hay que facilitar los trámites para que las personas que quieran formalizarse lo puedan hacer con el menor trámite posible, yo creo que tenemos que mejorar mucho en la burocracia. Por ejemplo, cuando un emprendedor quiere abrir un restorán se encuentra con una enorme lista de trámites. Por otro lado, también tiene que haber un apoyo del Estado, evitando que la informalidad se institucionalice, es decir, no debe ser indiferente a Carabineros ver que los vendedores estén en las veredas, eso es ilegal y Carabineros debería actuar, pero no actúa, entonces falta fortalecer al Estado para que cree los mecanismos para que esas situaciones no se den. Y nosotros como municipios también tenemos un rol que cumplir, con mayor fiscalización, mayor educación, incentivar que los beneficios estén asociados con la formalización, que es lo que estamos tratando de hacer con la Didepro, en que estamos exigiendo que, al menos, las agrupaciones estén formalizadas”.

De igual forma, el académico Carlos Delgado planteó que “se deben implementar políticas dirigidas tanto a la demanda como a la oferta laboral. Por el lado de la demanda, es decir, de las empresas, es necesario reducir rigideces laborales, simplificar aún más los trámites de creación de nuevos negocios, junto con educar a los emprendedores respecto de los beneficios de formalizar su actividad económica. Por el lado de la oferta, es decir, de las personas, es necesario ampliar la cobertura y efectividad de las campañas de educación previsional, a fin de que la población pueda comprender los beneficios de estar con un empleo formal (y los riesgos de no estarlo). Además, sería conveniente evaluar la factibilidad de generar mecanismos equitativos que no reduzcan las posibilidades de recepción de beneficios sociales con el hecho de obtener un empleo formal, por lo menos en el corto plazo. Además, como los empleos informales se concentran en aquellos que son de baja calificación, conviene mejorar los planes de formación de capital humano en la población, no solo en cuanto a la entrega de conocimientos técnicos, sino también en generar mecanismos vinculantes a un empleo formal como parte de dicho plan”.

En tanto, el seremi (s) del Trabajo de Ñuble, Hernán Valdés, manifestó que “como Gobierno estamos impulsando varias medidas para seguir potenciando el empleo, especialmente para promover el empleo formal y una mayor participación de la mujer en el mercado laboral. Por eso, extendimos el IFE Laboral hasta mediados de 2023 y también ampliamos la vigencia del Subsidio Protege, que fomenta que más mujeres participen en el mercado del trabajo”.

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