Uno de los efectos buscados con la creación de la Región de Ñuble, hace 5 años, era una mayor proximidad y cercanía de los servicios públicos con los diferentes actores que son parte del territorio, lo que incluye a los municipios, organizaciones de la sociedad civil, empresarios, emprendedores y la ciudadanía, en general. Con ello, la gestión se acercaría de mejor forma a la realidad de las personas, logrando identificar las urgencias, como los temas de mediano y largo plazo.
De esta forma, se consideró la instalación de 90 servicios públicos, de los cuales gran parte no tenía presencia en la región. Ello, para permitir que muchos trámites que antes se realizaban en Concepción, se hicieran no solo en Chillán, sino en las comunas cabeceras de las tres provincias (Bulnes, San Carlos y Quirihue), lo que suponía también mayores posibilidades de avanzar en equidad territorial y una mayor intensidad de la relación del aparato público con las comunidades .
Como en toda evaluación del significado que ha tenido ser región, hallaremos aspectos muy positivos, avances parciales en algunas materias y también aspectos deficitarios que no pueden desconocerse, como es la completa instalación de los servicios públicos, un factor clave para lograr el objetivo de una gestión más cercana a la realidad cotidiana de los ciudadanos y ciudadanas de las 21 comunas de Ñuble.
Esta deuda prolongada es la razón del paro que ayer y hoy tiene sin atención a la mayoría de los servicios públicos de la región y que fue convocado por la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales debido a la falta de respuestas desde el nivel central. En concreto, reclaman que falta personal (hasta un 40% en algunos servicios, como el MOP), que las condiciones de infraestructura de los servicios son malas y que la presencia en las tres provincias es nula, incluso peor que antes de convertirnos en región.
Lamentablemente, varios factores conspiraron para llegar a esta situación. Primero, se perdió tiempo por el cambio de gobierno al inicio de la instalación, luego la politización y sectarismo en las contrataciones de funcionarios durante el gobierno de Piñera pusieron otro freno; posteriormente, la pandemia motivó un reordenamiento presupuestario y finalmente la actual crisis económica y nuevamente medidas de ahorro fiscal, terminaron por congelar el proceso que debía completar la instalación el aparato público de la Región de Ñuble.
Habrá que seguir con atención la respuesta del nivel central a este justo reclamo, lo mismo que el término o ascenso de la protesta, pero sin olvidar que para completar el proceso de instalación de servicios públicos y contratación de funcionarios, esta vez se debe privilegiar la desconcentración y presencia en las tres provincias, y la eficiencia y la alta calificación, no el cuoteo partidario ni el pago de favores políticos.