Close
Radio Radio Radio Radio

Infraestructura básica

MOP

El Ministerio de Obras Públicas (MOP) informó la semana pasada del estado de avance de la cuarta etapa del Plan Maestro de Aguas Lluvias de la intercomuna: un 40% registran las obras que se están ejecutando en el Estero Las Toscas, hasta la descarga en el río Chillán. Un proyecto por más de $6 mil millones de inversión, que considera un plazo de 600 días corridos.

En total, esta iniciativa que comenzó a ejecutarse en 2018, contempla 32,7 kilómetros de colectores, canales y esteros, un presupuesto original (calculado a valores de 2008) de 30 mil millones de pesos, (pero que podría subir a 50 mil debido a los reajustes en los costos de mano de obra y materiales) y tiene como objetivo poner fin a las inundaciones que se registran en algunos sectores en periodos de intensas precipitaciones.

La quinta etapa, que es la más grande en extensión, será el mejoramiento del Canal de la Luz, en la sección que corresponde a la avenida Andrés Bello, Paul Harris y Vicente Méndez, que debería ejecutarse el próximo año. 

Ciertamente, después de muchos años de espera (hace 25 años se promulgó la ley que obliga al Estado a regular el sistema de evacuación y drenaje de aguas lluvia), la ejecución de estas obras es un avance significativo para la capital regional, que contribuirá a mejorar la calidad de vida de sus habitantes, sin embargo, es evidentemente insuficiente si se considera el acelerado proceso de crecimiento de la ciudad.

En 2002, cuando se concluyó el estudio del plan maestro, la ciudad era distinta, y vastas zonas que hoy exhiben un acelerado desarrollo inmobiliario no eran más que áreas de extensión urbana. Han pasado 20 años y en dicho periodo se han producido desbordes de esteros y canales.

Y es que a medida que crece la ciudad, menores son los terrenos disponibles para drenaje, forzando el escurrimiento gravitacional hacia los cauces más cercanos. El documento “Estudio de Riesgos”, complemento del Plan Regulador vigente en Chillán, asegura que las zonas de extensión urbana, planas y bajas, donde las napas freáticas se ubican a escasa profundidad y los suelos rápidamente se saturan, están en riesgo, particularmente al poniente y surponiente.

Lamentablemente, a la luz de la edificación autorizada en los últimos años por el municipio, no es difícil anticipar que muchos nuevos barrios podrían sufrir inundaciones, particularmente en eventos de intensas precipitaciones, fenómenos que se hacen cada vez más frecuentes.

Es necesario, entonces, que como complemento a la ejecución del plan maestro, exista una planificación adecuada del crecimiento urbano respecto de un aspecto tan relevante como el riesgo de inundación, donde tanto el municipio como las empresas constructoras deben cumplir un rol clave.

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *

Leave a comment
scroll to top