Se acerca la fecha en que la Convención Constitucional deberá entregar el texto final de nueva Constitución, el cual será plebiscitado el 4 de septiembre. El debate al interior del órgano se ha intensificado, y la premura del tiempo sin duda influirá en que se alcancen los consensos necesarios.
Constituyentes por Ñuble y expertos analizaron el actual momento del proceso, que tal parece, es crucial.
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“El texto final será mucho mejor que la actual Constitución”
Carolina Sepúlveda, convencional del colectivo INC, reconoce que han sido jornadas muy largas e intensas, pero que el ánimo se da por la importancia de las tareas.
“Lamentablemente es la derecha la que ha difundido un ánimo de disputa interna que no es tal. Nunca hemos tenido poco diálogo, al contrario, son ellos los que no se han acercado a dialogar, dado que las normas se aprueban con 103 ó más constituyentes a favor de ellas, por lo tanto, sí existe el diálogo y los consensos. Yo pertenezco a un grupo minoritario de centro izquierda, Independientes por la Nueva Constitución (INC), compuesto por 13 personas independientes, que no se conocían antes de este proceso, y hemos sabido acercamos a la mayoría, para así construir normas que sean aprobadas en el Pleno”, aseveró.
Sepúlveda hizo hincapié en que ha habido muchas noticias falsas, que han sido difundidas a propósito para generar miedo entre las personas, como parte de una campaña del rechazo.
“Tenemos un claro ejemplo en nuestra región de difusión de noticias falsas, de causar miedo. Martín Arrau fue sancionado por el comité de Ética por mentir. Lamentablemente, el convencional Arrau ha sido parte de la desinformación, usando sus redes sociales para dar información errada, incompleta o tergiversada de las normas que ya están aprobadas. La Convención y los convencionales no hemos podido salir a hacer campañas de difusión para explicar lo que se ha aprobado y desmentir, ya que actualmente estamos completamente enfocados en terminar la tarea asignada por nuestros votantes, que es crear una nueva Constitución, pero en mayo se retomarán las semanas territoriales, y al fin tendremos los tiempos para visitar los respectivos territorios y dar a conocer este nuevo texto, que sembrará esperanza en las casas de Ñuble”, manifestó.
César Uribe, convencional de Pueblo Constituyente, siente que al interior de la Convención se está viviendo un proceso muy intenso.
“Tenemos mucha presión para entregar la mejor respuesta a la gente, sobre todo ahora, que aparecen encuestas que hablan de una distancia entre la Convención y las personas. Pero se mantiene la intención de responder a las demandas, y ahí se entra en una disyuntiva entre lo óptimo y lo que se puede aprobar. Lo que está pasando es que se están consiguiendo los acuerdos, aunque no se vea desde afuera. Hay mucha preocupación, ansiedad, expectativas y frustración, lo que se ve incrementado por el poco tiempo que tenemos. Pero también hay alegría cuando se consigue lo esperado”, aseveró.
Sobre la percepción de que hay “poco diálogo”, Uribe cree que esta es errada. “Hay mucho diálogo, todas las comisiones son distintas, algunas han tenido más problemas, como Sistema Político o Medio Ambiente, pero hay otras, como Forma de Estado o Justicia, en que las cosas se han dado bien. Yo no hablaría de que no se da el diálogo, en general, el ánimo de consenso está, sobre todo, en estos momentos”, dijo.
Respecto del momento que vive el proceso, cree que “sí estamos en un punto de inflexión, estamos llegando al final, por lo que se condiciona para bien el trabajo, en orden a buscar acuerdos. Siento que la ciudadanía está bastante condicionada por la campaña del rechazo que se ha instalado desde el día 1 en la Convención. Ha habido falta, manipulación y tergiversación de información, y ejemplo de ello en Ñuble ha sido el convencional Martín Arrau. Varios convencionales de la derecha más extrema siguen esta misma estrategia, no así algunos representantes de RN o Evópoli. Creo que eso ha originado una distancia con la ciudadanía, se ha instalado -de mala forma, pero exitosamente- la idea de que la Constitución es indigenista, cuando en realidad no es así, solo 11 de los 160 artículos aprobados tienen que ver con temas indígenas, por lo tanto, hay una tergiversación de la información. Más de la mitad de estos 160 artículos cuenta con votos de la derecha en su aprobación, por lo tanto, esas caricaturas que se han hecho de que la Convención es extrema o ultra radical, al analizar los resultados y la forma en que se han aprobado los artículos, se descarta. Cuando se redacte el documento final se podrá comparar si la propuesta que hemos construido en un año es mejor que la Constitución actual, y no tengo ninguna duda que eso será así”, manifestó.
Uribe está en absoluto desacuerdo con una tercera vía. “Cuando se firmó el Acuerdo por la Paz y se votó por una nueva Constitución y la forma de hacerla, ya se cerró la posición en torno a esto. No nos dieron más tiempo, no nos cambiaron las condiciones, por lo tanto, hablar hoy de una tercera alternativa, que más encima sería el Congreso, el cual mantiene la lógica de no incluir a independientes ni regirse por la paridad, es bastante pretencioso de los partidos y grupos conservadores, que han olvidado, han sido parte del problema. Están jugando con fuego quienes proponen eso, pues el apoyo al proceso debió estar siempre y no tratar de deslegitimarlo porque las cosas no salieron como ellos querían. Es una situación peligrosa para avanzar en justicia social, e incluso, para la paz social”, sentenció.
“Las encuestas han sido el punto de inflexión”
Martín Arrau, el convencional de la UDI que ha sido uno de los más críticos del proceso, sostuvo que el ánimo al interior de la Convención es de ‘cancelación’ hacia quienes no comulgan con la ‘verdad oficial’.
“Esto, ya sea cambiando una y otra vez el reglamento, negando la posibilidad de hablar o debatir en sesiones o utilizando las trampas del comité de censura, y se da porque el sector de Gobierno, de la extrema izquierda, cuenta con los 2/3 para hacer lo que quiera, y como dice el señor Stingo (Daniel), ‘solo conversarán con los que estén de acuerdo con ellos’. A 80 días que esto termine, no veo ánimo de tener un real trabajo intelectual en la búsqueda del progreso de Chile”, afirmó.
Según Arrau, hay un punto de inflexión actualmente, “porque en las encuestas el apruebo va perdiendo, la ciudadanía se está dando cuenta que sus demandas por seguridad, trabajo, una economía sana, menos políticos, mejor atención en salud y educación y que no les roben los fondos de pensión, etc., no son escuchadas, y la Convención avanza en la dirección contraria, se presentan proyectos para liberar presos, para dividir a Chile en 17 naciones indígenas y la chilena, para debilitar la propiedad privada, para imponer una religión climática que castiga a los trabajadores, etc., y el Gobierno y sus convencionales deben darse cuenta que si siguen así, esto será un fracaso”, planteó.
Respecto de la posibilidad de una “tercera vía”, sostuvo que “hoy la norma constitucional es clara, no hay una tercera vía, no sacamos nada con soñar con que los parlamentarios se vayan a involucrar en esto, lo que hay que tener claro, es que no es dramático que se llegue a rechazar este borrador, esto lo digo ante cierto fanatismo de ciertos sectores. Chile ha tenido al menos ocho borradores constitucionales y muchos de ellos nunca llegaron a ser Constitución, la actual Constitución ha tenido decenas y decenas de modificaciones, es decir, si esta propuesta no se aprueba, se hará posteriormente otra propuesta o las modificaciones que se estime a la actual Constitución, pero Chile no termina ni empieza con esta Convención”.
Según la convencional de la UDI, Margarita Letelier, “el espíritu que se vive dentro de la Convención no es para nada colaborativo, muy por el contrario, el diálogo que se mantiene es solo para imponer la forma de ver las cosas que tienen algunos, que dentro de la Convención son mayoría. Se ha perdido tiempo valioso en enrostrar muertos del pasado o presentar proyectos para liberar supuestos ‘presos políticos’, en vez de ponernos a trabajar derechamente sobre las necesidades reales de los chilenos, y la posibilidad de revertir esta situación la veo cada vez más complicada, porque los que no pensamos como ellos, aunque presentemos indicaciones o proyectos con una mayor elaboración y especificación, no somos tomados en cuenta, sin mayor fundamento. Solo aprueban lo que ellos proponen”.
La constituyente cree que desde hace un par de semanas se vive un punto de inflexión “debido a que la mayoría de la ciudadanía encuestada sostiene que rechazará el borrador que presente esta Convención. ¿Y eso a qué responde? A los oídos sordos que han tenido los convencionales de izquierda frente a las necesidades reales que tiene la gente. Dividir Chile en plurinaciones indígenas y una chilena, crear distintos sistemas de justicia, aborto libre, sin límite de tiempo de gestación. Eso no fue lo que pidió la gente en sus protestas, en las que muchas pymes quedaron destruidas. Se pidió seguridad, trabajo, educación, salud. Pero como decimos en el campo ‘no hay peor sordo que el que no quiere oír’, y siguiendo con la sordera, ha sido un diálogo de sordos desde el primer día, en el que ha reinado y triunfado la consigna y el fanatismo, sin dar cabida al diálogo”, afirmó.
Y adelantó: “Si se rechaza este borrador, no se acaba Chile, solo termina un proceso que no tuvo un buen desempeño ni resultado, solo por la tozudez y el fanatismo político que se marcó desde el primer día. Se perdió tiempo y dinero de todos los chilenos, lo que no es menor, considerando las necesidades de muchos”.
“No se puede volver al 18-O sin cambios”
Desde la academia, la mirada respecto del proceso constituyente es favorable y optimista.
Jeanne Simon, politóloga y académica de la U. de Concepción, ve que el ánimo al interior de la Convención está bien.
“Es un debate intenso y desafiante, pero con ánimo de seguir conversando y logrando acuerdos. Caracterizar lo que ocurre al interior como ‘disputas internas’ es una equivocación. Hay debates dentro y entre listas sobre cómo y qué negociar. Pero no son disputas internas de poca monta, si no que buscan defender las perspectivas de su electorado, saben que deben defender después sus votaciones en sus territorios, así que defienden y debaten, buscando persuadir. Así debe ser la política. Mientras más se acerca la fecha habrá más acuerdos, visibilizando que hubo capacidad de diálogo”, aseveró.
Simon agregó que “hay mucha desinformación en relación a la discusión sobre los derechos fundamentales. El desafío es cómo lograr equilibrar los derechos en la redacción, para que ningún derecho tenga mayor prioridad que otro. Es complejo, pero necesario. Como ciudadanos y ciudadanas, me parece que hay que poner atención para que no pasen ‘gato por liebre’. El debate, en general, ha sido interesante, y va clarificando las interrelaciones entre los derechos”.
Añadió que “es importante respetar las reglas planteadas desde el inicio, lo que implica un plebiscito de salida. Tenemos que trabajar primero para que la Constitución propuesta permita responder a la mayoría de las preocupaciones, y después trabajar para que se apruebe. Un rechazo de la nueva Constitución nos vuelve al 18 de octubre sin ningún cambio, me parece complejo para la gobernabilidad. Conviene a todo Chile que se apruebe una Constitución que tenga legitimidad y permita convivir bien”.
Alfonso Henríquez, abogado y académico de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la U. de Concepción, considera que es normal que a esta altura del proceso exista cansancio entre los convencionales y sus equipos de asesores.
“Los plazos acotados han obligado a extensas jornadas de trabajo, deliberación y negociación. Más allá de eso, se percibe un interés por terminar con el trabajo a tiempo. Es normal también que en ocasiones, como se ha visto por los medios, se hayan dado situaciones de disputa entre los colectivos y faltas de acuerdo. Pero eso no necesariamente es algo negativo, después de todo, tenemos que considerar que la discusión constitucional supone ponerse de acuerdo sobre problemas respecto de los cuales existen posiciones muy antagónicas. Lo extraño sería no haber visto esas desavenencias. No soy de los que ve esto como déficit del proceso”, afirmó.
Henríquez tampoco comparte la percepción de que ha habido falta de diálogo. “Van cientos de artículos aprobados en el Pleno y en materias muy diversas: derechos fundamentales, medio ambiente, principios, forma de Estado, sistemas de conocimiento, etc. Esto muestra que el diálogo ha existido, de otra forma, hubiese sido imposible haber aprobado tantas normas. Basta ver el flujo de normas al interior de la Convención: cada propuesta es fruto de deliberación al interior de su comisión respectiva, se ajusta el contenido, la redacción, se caen y suben indicaciones, y luego llega al Pleno. En este caso, hemos visto que muchas propuestas se devuelven para continuar su discusión. Cada etapa supone un complejo proceso de negociación y acuerdo, y en muchos casos, incluso, esto se ha logrado con votos de los sectores de derecha”, dijo.
El problema más complejo, según el académico, es el que se vincula con el sistema político.
“Esto se explica por la existencia de posturas incompatibles: la opción unicameral versus alguna forma de bicameralismo. No es fácil llegar a acuerdos, si los colectivos parten de ideas tan dispares. Pero se ha hecho el esfuerzo por acercar posturas. Sin embargo, la propuesta que se acordó, aún debe ser mejorada a fin de equilibrar la distribución de poder y competencias entre la Cámara política y la Cámara territorial o de las regiones, entre otros aspectos. El punto de inflexión estará dado por el logro de un verdadero acuerdo transversal sobre este punto, uno que también incluya a algunos sectores de derecha. Despejar este asunto será central para el éxito del proceso”, advirtió.
Para Henríquez, la conformación del sistema político es uno de los puntos en que debiera intensificarse la capacidad de llegar a consenso.
“Más allá de los detalles técnicos, la eliminación del Senado requiere una justificación mayor, así como la existencia de un cámara regional. Otro tema que será importante explicar con mucho detalle, será el pluralismo jurídico. En el mismo sentido, podemos mencionar las atribuciones de las entidades territoriales, las normas sobre propiedad de los pueblos originarios y autonomías, los cuales pueden generar dudas en algunas zonas del país; o las normas sobre sistema de pensiones y propiedad, entre otras. Las dudas en todas estas materias son legítimas, pero por la misma razón, será importante tratar de explicar sus alcances sin caer en medias verdades o campañas del terror”, enfatizó, dejando en claro que por el momento, “no cabe una tercera vía”.
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