Señor Director:
Cada cierto tiempo en nuestro país con llegada del otoño o la primavera se cambia la hora o se atrasa o se adelante en una hora y la justificación de las autoridades, sin mediar color político, es que la medida busca aprovechar de mejor forma la luz natural.
Pero, con todo respecto, un país que tiene que levantarse dos horas antes para llegar a su trabajo y llega dos horas después a su casa gasta exactamente lo mismo en luz artificial.
¿Alguien ha notado alguna diferencia en sus cuentas de luz? Son cosas que, a pesar de los años, sigo sin entender.
Rigoberto Salas Damián