Señor Director:
El martes recién pasado, por este medio, supimos que comenzaron las pruebas de un bus eléctrico en Chillán, con los que se busca emitir menos contaminantes a la atmósfera respecto de los buses de combustión. De perogrullo que todos deseamos menos contaminación; pero a qué costo, porque en tres, o a lo sumo en cinco años, dónde irán a dar los cientos de kilos y toneladas de baterías de litio ya inútiles. Recordemos que por costo es inviable o prohibitivo reciclarlas. ¿Las empresas que venden esos buses se comprometen a llevarse del país las baterías agotadas? ¿O se suscribirán convenios con las municipalidades de Tiltil o Quintero, ambas llamadas zonas de sacrificio por ser verdaderos vertederos del país, para botarlas allá y haremos ojos ciegos de toda esos deshechos y estaremos convencidos que hemos reducido la contaminación?
Eduardo Esteban Díaz Morales
Fotógráfo