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Plan dotará de agua potable a casi la totalidad del mundo rural de Chillán

Cristian Cáceres

Conforme a los catastros de la Municipalidad de Chillán, son en total 527 las familias en la comuna que hoy reciben agua potable a través del reparto de camiones aljibe, en apoyo a los sistemas y redes de abastecimiento que existen en los sectores rurales, pero que no son suficientes para poder permitirles el desarrollo de sus vidas de manera regular.

La necesidad de contar con mecanismos de distribución más eficiente es uno de los principales planteamientos que en los diversos comités de la comuna le suelen realizar a la Municipalidad de Chillán, entidad que ya esta semana al menos tiene una respuesta más clara respecto a este requerimiento.

Desde la Secretaría de Planificación Municipal (Secpla) confirmaron a La Discusión que ya se encuentran en etapas de diseño la mayoría de los proyectos anunciados por el gobierno comunal para dar respuesta a casi la totalidad de estas solicitudes.

Carlos Araya, jefe de Planificación del Secpla, precisa que “son soluciones que apuntan a trabajos como las ampliaciones de las redes ya existentes para algunas poblaciones; incluyéndose también soluciones individuales para quienes viven un poco más apartados. Estamos hablando además de la profundización de algunos pozos, de la suma de nuevos usuarios a las redes de SSR (Servicios Sanitarios Rurales) porque no olvidemos que lo que se busca es que las familias no sigan dependiendo de los camiones aljibe”.

Esta iniciativa perfectamente podría entenderse como un resumen ejecutivo de todos los proyectos que desde la Municipalidad están ya desarrollando (o por desarrollar) respecto a la distribución de agua potable a esas familias y que conforme a las estimaciones del Secpla, bordearían un costo aproximado de $6.330.808.362 en años 2022 y 2023, con recursos del MOP, municipio y Subdere.

En estricto rigor, el catastro municipal cifra en 1.490 las personas que se encuentran en estas condiciones, y de ellos, sobre el 93,2% serán beneficiadas gracias a los distintos programas que componen el proyecto. Algunos fueron formulados por la municipalidad y otros por servicios como la Dirección de Obras Hidráulicas.

Dentro de los sectores que se verán beneficiados destacan 20 localidades, de las que 16 se han tildado de prioridad alta: El Saque-Verde Esperanza, Ciprés-Boyén, Las Mariposas, La Victoria, Monterrico, Las Coles -Santa Clara, Capilla Cox, Santa Raquel de Reloca, Rinconada de Cato, Ñuble Alto, Los Castaños-Parque Lantaño, Oro Verde, Las Vertientes, Huape, Quinchamalí y Santa Cruz de Cuca.

En tanto, ese otro 6,8% son personas que no fueron incluidos en el proyecto porque no cumplían con los requisitos necesarios para formalizar la ayuda desde el municipio. En su mayoría se trata de personas que no pueden acreditar el dominio de su propiedad, otros que no tienen sus viviendas regularizadas e incluso de personas que -habiendo sido favorecidas anteriormente con mejoramientos en el sistema de agua- entregaron sus casas en arriendo y actualmente viven en una segunda vivienda dependiente del reparto por camiones.

Quienes residen en los llamados “loteos brujos”, tampoco serán beneficiados.

Actualmente el proyecto se encuentra en diseño “y cuando ya se entre en la etapa de ejecución se puede pensar en un plazo de dos años para el término de las obras”, añade Araya

Apoyo de otras entidades

Pese a que lo anterior no podría si no entenderse como una “buena noticia”, el alcalde, Camilo Benavente, mostró algo de inquietud tras confirmar la marcha del diseño de esta suerte de plan maestro.

La incomodidad se puede atribuir a lo que califica como un apoyo insuficiente por parte de otras entidades del Gobierno para robustecer la ayuda al vecindario rural.

“El tema sanitario siempre ha sido prioritario para nosotros, el tema está en que para poder cumplir con todos esos otros proyectos, dependemos de muchos otros organismos y por eso es que estas iniciativas se demoran años. En especial cuando se trata de algo tan delicado como el agua potable, que exige un sinfín de procesos que involucran a muchos servicios, entonces es algo nos cuesta sacar adelante, porque tenemos apenas el 20% de todas las atribuciones, todo lo demás es de externos”, dijo.

Benavente, quien ha sido parte del municipio desde que arrancó como concejal, dice ser testigo de la existencia de sectores que “comunidades que llevan más de 15 años pidiendo soluciones para este tema del agua, y al menos podemos decir que ya vamos más adelantados, reconociendo también que iríamos aún más avanzados si pudiésemos contar con el apoyo de otros estamentos”.

Estas iniciativas implican un trabajo y financiamiento tanto de Subdere como Gobierno Regional según es el caso, además de una colaboración constante con la Dirección Hidráulica de la Región de Ñuble.

El jefe comunal aclaró que aquellas familias que, por diversos motivos se hayan trasladado o pretender trasladarse a vivir desde la zona urbana a una parcela en la ruralidad, no serán considerados ni en los actuales ni en los próximos proyectos de Servicios Sanitarios Rurales.

“Ellos deben asumir todo lo que implica irse a vivir a una parcela, es decir ellos tienen que hacer sus pozos o sus punteras de manera individual, de ninguna manera con fondos municipales”, advirtió.

Felipe Ahumada

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