Señor Director:
Pese a que la propuesta de la Convención, en derecho a la salud, está orientada a un sistema universal de salud, su discusión no es nueva. Uno de los principales cambios del texto es el financiamiento, que ahora deberá provenir del Estado y la provisión de servicios se realizará por prestadores públicos o privados.
En este caso, las Isapres no recibirán las cotizaciones obligatorias de salud, pues una ley determinará el órgano público de administración de fondos. Estas pueden integrarse al seguro social del Estado o brindar seguros complementarios.
También, se incorporan pilares, que buscan establecer un sistema de atención primaria centrado en la prevención de enfermedades, la salud mental, y foco en el enfoque comunitario, lo que contribuye a generar un mayor nivel de justicia social, participación comunitaria y mejor calidad de vida para las personas.
Transitar a un sistema de salud universal no significa comenzar de cero. Se puede aprender de otros países, comparando las mejores prácticas y no replicar los problemas que ya existen en esos sistemas.
Tenemos la oportunidad de movernos a un sistema de salud universal, por lo que se debe resaltar la necesidad de invertir en los servicios de salud para fortalecerlos y hacerlos aptos ante los desafíos futuros.
Alicia Núñez