Señor Director:
A raíz de la clausura de los Juegos Olímpicos, y más allá de hechos que con el correr del tiempo se diluyen y desaparecen de nuestra memoria como los récords mundiales superados este año o el número de medallas obtenidas por cada país; considero justo y necesario hacer notar el verdadero aporte que guarda esta importante actividad, el cual radica en ser una muestra palpable de las mejores virtudes que el ser humano puede desplegar. A saber, el aprecio por la tradición y la patria, la meritocracia reflejada en el esfuerzo personal y grupal, el honor en la victoria y la dignidad en la derrota. Todos valores que, sin importar lo olvidados que estén en la actualidad, siguen siendo un ejemplo para nuestra vida diaria.
Fernando San Cristóbal Brahm