Señor Director:
Transcurridos un par de días de haber concluido la primaria presidencial más votada en la historia de nuestro país, es importante hablar de cierto síntoma que aqueja y en ocasiones trata de moldear nuestra democracia a su antojo: la “encuestitis”.
Dicho síntoma -del cual el principal afectado hoy es el propio gobierno, como también la opinión pública, medios de comunicación y uno que otro académico que dice conocer la verdad revelada- empuja a equivocarse una y otra vez, al justificar toda acción y opinión en estos instrumentos, que mucho se difunden y poco se cuestionan.
Sin embargo, este síntoma, que a horas del cierre de las votaciones proyectaba una realidad totalmente diferente, vino a chocar con su cura natural: la realidad.
¿Cree usted que es importante transparentar quienes están detrás de dichas encuestas? ¿Cuáles son sus vínculos, intereses o aspiraciones?
Por el bien de nuestro sistema democrático, sería bueno saberlo.
Herman Durán Urra
Lic. Ciencia Política, Udec