Señor Director:
Hoy en día en que la descentralización se encuentra en boca de todos, llámense partidos políticos, convencionales constituyentes e incluso en la sobremesa del domingo, quisiera extender una interrogante para los lectores en general, ¿por dónde comenzar?
Basándome en mi experiencia particular, la cual no considero que se aleje a la de muchos o muchas chillanejas, he observado que el principal factor que condiciona el centralismo santiaguino es la gran cantidad de oferta laboral y sueldos de mejor calidad que, lamentablemente, contrasta con las regiones del país y en especial con Ñuble.
Es la realidad de muchos excelentes titulados que al momento de concluir el proceso de formación universitaria deben enfrentarse de golpe a la realidad de buscar un trabajo digno y bien remunerado. Es en ese momento donde vemos cómo nuevos profesionales analizan la opción de abandonar el nido y emigrar a la capital.
Hoy en día la propuesta de descentralización consiste en entregar mayores facultades a los municipios y gobernadores regionales como pilares de este “nuevo Chile”, sin embargo, creo que el foco debe estar en el incentivo a las empresas para invertir en regiones y explotar al máximo los recursos intelectuales que allí existen, sobre todo en nuestro querido Ñuble.
Manuel Osorio Rivas