Señor Director:
Cómo nos cambió la vida esta pandemia. A la canasta familiar entran nuevos productos: el alcohol, el gel antibacterial, los trajes antifluidos y los tapabocas. El miedo se aumenta, tanto por la pandemia como por el incremento de la inseguridad en nuestras ciudades. La solidaridad llegó a su límite y ahora nadie quiere saber nada de nadie.
En fin, acosados por todas partes, y lo peor: los politiqueros, aprovechando estas tormentas para aparecer como los salvadores y torcer la voluntad de las personas a su favor. Solo nos queda pedir a Dios que esto no empeore y que paulatinamente vayamos retomando los caminos de cuando éramos felices y no lo sabíamos.
Gerardo Hermosilla Ahumada